viernes, 15 de mayo de 2015

Leyenda...

LAS PÚAS DEL PUERCOESPÍN


Hace mucho pero muchos años, los puercoespines no tenían púas.
Cierta vez, un puercoespín que estaba en el bosque vio a un enorme oso que se acercaba a grandes zancadas, con la intención de comérselo. Sin dudarlo, el puercoespín se trepó a la copa de un árbol.

- Aquí no podrá atraparme, estoy a salvo- pensó

Pero estaba preocupado: en el bosque había muchos osos y también lobos que seguramente intentarían atraparlo y devorarlo.

¿Qué hacer? Mientras meditaba acerca de estas cuestiones, el puercoespín se apoyo contra un espino blanco.
- ¡Ay!- se quejó- Estás púas pinchan de veras.

Fue entonces cuando se le ocurrió la idea de partir algunas ramas del espino blanco y ponérselas en el lomo.
Entonces se fue al bosque y esperó al oso. Cuando el oso saltó sobre el puercoespín, el pequeño animal se enroscó como una pelota. El oso tuvo que irse, las espinas lo pincharon muchísimo.
 Nanabozho vio lo que había ocurrido. Llamó al puercoespín y le preguntó: 

- ¿Cómo sabías ese truco?
- ¡Siempre estoy en peligro cuando viene el oso! -, le respondió el puercoespín-, cuando vi esas espinas, pensé que podría usarlas.

Nanabozho tomó algunas ramas del espino blanco y les quitó la corteza hasta que quedó blanco. Puso entonces, un poco de barro en el lomo del puercoespín, clavó las espinas en el barro e hizo todo ello parte de la piel del puercoespín.

- Ahora andá al bosque- dijo Nanabozho.

El puercoespín obedeció y Nanabozho quedó mirando desde detrás de un árbol.
Rápidamente apareció el lobo. Saltó sobre el puercoespín, pero salió corriendo y aullando.
Llegó el oso pero no pasó cerca del puercoespín. Estaba temeroso de las espinas, tras su anterior experiencia. 
Es por esto que todos los puercoespines tienen púas hoy en día.

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