lunes, 26 de octubre de 2015

Para cantar...

"Adelante"

Justo en el momento en que empezaba
A encontrar oscuridad hasta en el sol de mi ciudad.

Justo en el momento en que la resignación
Consumía cada día mi ilusión.

Apareces tú y me das la mano
Y sin mirarme te acercas a mi lado.
Y despacito me dices susurrando que escuche tu voz.

Adelante por los sueños que aún nos quedan
Adelante por aquellos que están por venir.
Adelante porque no importa la meta
El destino es la promesa de seguir.

Justo en el momento en que empezaba
A sospechar que la ilusión me abandonó sin avisar.

Justo en el instante en que empezaba
A olvidar, a atreverme, a imaginar, a inventar.

Apareces tú y me das la mano
Y sin mirarme te acercas a mi lado
Y despacito me dices susurrando que escuche tu voz.

Adelante por los sueños que aún nos quedan.
Adelante por aquellos que están por venir.
Adelante porque no importa la meta,
El destino es la promesa de seguir.

jueves, 1 de octubre de 2015

Artes visuales

Escenas costumbristas rurales y urbanas

Vamos a recrear algunos de aquellos momentos a través de reproducciones de obras de pintores uruguayos.

Horacio Espondaburu-
Corrida de sortijas.Ciertas costumbres campesinas dieron lugar a competencias como ésta, en la que se pusieron de manifiesto habilidades y destrezas.













Pedro Figari-candombe.
Los negros traídos de áfrica como esclavos, que se desempeñaban en el servicio doméstico, trabajando para las familias acaudaladas de nuestras ciudades, no olvidaron sus tradiciones y costumbres. El ritmo del candombe tal vez les recordaba su tierra de origen, y les ayudaba a olvidar sus trabajos de todos los días.











Juan Manuel Blanes-Los tres chiripaes.
Muchos artistas representaron la figura del gaucho en su escenario habitual:el campo.
Uno de ellos fue Juan Manuel Blanes, el “pintor de la patria”.
Generalmente lo representó de pie, con la cara cubierta por una espesa barba oscura y el sombrero metido en la frente o echado hacia atrás, arriba de la vincha.
Con golilla al cuello y poncho al hombro, de camisa abierta,chiripá de vivos colores y bota de potro que dejaba libres los dedos de los pies para jinetear mejor en los estribos, así está el gaucho en los cuadros de Blanes.
A la mujer gaucha tradicionalmente se le ha llamado “paisana”, “gaucha” o “china”.
Se preocupaba de cultivar la tierra y criar a los niños. Confeccionaba los ponchos de sus compañeros. Al igual que los hombres, le gustaba fumar y montaba a caballo tan bien como ellos.


EL GAUCHO
Descendientes de españoles o portugueses, de negros y de indígenas, que llevaban una vida errante, poniendo a disposición de los estancieros sus habilidades en el manejo del caballo y sus aptitudes para las faenas rurales.
Su vestimenta consistía en: chiripá, calzoncillo con flecos, chaqueta, poncho,sombrero, botas de potro y espuelas de grandes y ruidosas.









 Entra al enlace y lee las historietas...
  Los fundadores - La historia de Artigas

viernes, 18 de septiembre de 2015

Comparación de fracciones

...Analizamos...



Fracciones de igual denominador
Primer caso: entre dos o más fracciones que tienen igual denominador es mayor la que tiene mayor numerador.

Veamos un ejemplo:


                                    

Si te fijas, la fracción que tiene mayor numerador, o sea 4/6 es la fracción mayor, la superficie pintada de azul es más grande que la de las otras dos fracciones.

Fracciones de igual numerador
Segundo caso: dos o más fracciones que tiene igual numerador es mayor la que tiene menor denominador.

Observa la representación:
                                   

Si has prestado atención, te habrás dado cuenta que la fracción con menor denominador, o sea 2/3 es la mayor ya que la superficie pintada de azul es la más grande.


Fracciones de distinto numerador y denominador
Tercer caso: cuando tenemos que comparar dos o más fracciones de distinto numerador y denominador podemos seguir diferentes caminos, dependiendo de los números a comparar.
Veamos algunos ejemplos:

Si tenemos las siguientes fracciones:


En este caso podemos compararlas con la unidad y de esta forma determinar el orden:
La fracción 5/8 es menor que la unidad, porque el numerador es menor que el denominador.
La fracción 3/2 es mayor que la unidad, porque el numerador es mayor que el denominador.
La fracción 4/4 es igual a la unidad, porque numerador y denominador son iguales.

Podemos concluir: 
5/8 ES MENOR QUE 4/4, 4/4 ES MENOR QUE 3/2

La representación gráfica muchas veces ayuda:
  
MENOR QUE 1= 1MAYOR QUE 1

Comparar con la unidad
Este mismo razonamiento, empleado para comparar fracciones con la unidad, podemos utilizarlo para compararlas con otros números conocidos como por ejemplo1/23, etc.
En la comparación de 7/8 y 8/9 se podría considerar que falta 1/8 y 1/9 respectivamente para completar la unidad. Sin embargo sabemos que 1/8 es mayor que 1/9y por lo tanto 7/8 es menor que 8/9 porque le falta más para completar la unidad.

domingo, 6 de septiembre de 2015

Cuento realizado por una niña.

Cuento infantil : "El niño y la estrella"


Había una vez un niño al que le gustaban mucho las estrellas; era tanta su pasión que se pasaba todas las noches mirando el cielo desde su ventana, hasta que un día el pequeño encontró una estrella muy especial, la más hermosa de todo el cielo, convirtiéndose ésta en su favorita.
Noche tras noche la encontraba siempre en el cielo, hasta que un día de repente no era capaz de verla. El pequeño se vistió corriendo y salió de su cuarto trepando por un pequeño árbol que tenía enfrente de su ventana. Fue caminando y caminando buscándola sin parar, recorriendo un largo camino hasta que la encontró, pero de repente se dio cuenta de que se había perdido.
Sus padres angustiados y preocupados le empezaron a buscar, no sabían dónde podría estar su hijo. El pequeño al mismo tiempo intentaba buscarles a ellos entre la oscuridad de la noche, pero no era capaz de encontrar el camino hacia su casa. En ese momento su estrella favorita comenzó a brillar fuertemente, moviéndose en el cielo como si quisiera marcarle el camino hacia ellos.
Siguió a la estrella durante todo el camino consiguiendo encontrar finalmente su casa donde estaban sus padres muy preocupados. El niño fue hacía ellos rápidamente para abrazarlos, sintiéndose muy contento al poder estar otra vez con su familia.
El niño al volver a su habitación miró por la ventana y, dando gracias a la estrella por ayudarle a encontrar a sus padres, se durmió feliz al saber que tenía una nueva amiga que le ayudaría siempre cuando no pudiera encontrar el camino entre la oscuridad.
Por María Gabriela. De 12 años. Aragua, Venezuela.
Cuento infantil : El niño y la estrella

martes, 4 de agosto de 2015

Cuento.

La aventura de Rinaldo

Rinaldo se cayó un día de la bicicleta y volvió a casa con un enorme chichón en la frente. La tía con la que vivía (sus padres habían emigrado a Alemania en busca de trabajo) se asustó muchísimo. Era justamente de esas tías que se asustan por todo.
—Rinaldo, mi pequeño, ¿qué te ha pasado?
—Nada malo, tía Rosa. Me caí de la bicicleta, eso es todo.
—¡Dios mío, qué horror!
—Pero si ni siquiera viste cómo me caía...
—¡Precisamente por eso!
—La próxima vez te aviso antes de caerme.
—¡Rinaldo, no bromees con estas cosas! Mejor dime por qué has traído a casa la bicicleta.
—¿A casa? Qué va, la he dejado en el portal, como siempre!
—¿Entonces de quién es aquella bicicleta?
Rinaldo se volvió siguiendo el índice de su tía y vió una bicicleta roja apoyada en las paredes de la cocina.
—¿Aquella? No es mía, tía Rosa. La mía es verde.
—Claro, es verde. ¿Entonces? ¿No habrá entrado sola?
—Sí. ¿Habrán sido los fantasmas?
—¡Rinaldo, por favor, no menciones a los fantasmas!
—Además es una bicicleta muy bonita.
La tía Rosa lanzó un grito.
—¿Qué pasa, tía?
—Mira, ¡hay otra bicicleta!
—¡Es verdad! También es bonita.
La señora Rosa se retorcía las manos, más asustada que nunca.
—Pero, ¿de dónde salen todas estas bicicletas?
—Bah —dijo Rinaldo—, es un buen misterio. ¿No habrá también una bicicleta en el dormitorio? Pues sí que la hay, mira, tía Rosa. Con ésta hacen tres. Si esto continúa, dentro de poco tendremos la casa llena de bicicletas...
Rinaldo tuvo que taparse las orejas ante un nuevo grito de la tía. El caso es que apenas terminó de pronunciar la palabra «bicicleta» la casa se llenó verdaderamente de bicicletas. Sólo en el baño había doce, como pudo comprobar la tía Rosa, al lanzar una aterrorizada mirada: dos estaban en la bañera.
—Basta, Rinaldo —suspiró la pobre mujer dejándose caer en una silla—, basta, no puedo más.
—¿Cómo que basta? ¿Qué hago yo? No soy yo el que las fabrica. Fígurate, ni siquiera sé hacer un triciclo...
¡Driin! ¡Driin!
Sobre la mesa apareció un precioso triciclo, tan nuevo que todavía tenía las ruedas envueltas en el papel de embalaje: pero el timbre vibraba alegremente, como diciendo: «¡También estoy yo!»
—¡Rinaldo, por favor!
—Tía Rosa, no creerás de verdad que lo que está pasando es por culpa mía.
—Desde luego, hijito. Quiero decir, no lo creo, Rinaldo. Pero lo mismo te ruego que seas prudente: no pronuncies más ni la palabra bicicleta ni la palabra triciclo.
Rinaldo se echó a reír.
—Si es sólo eso, puedo hablar de otra cosa. ¿Quieres que hablemos de despertadores o de sandías frescas? ¿De pudings o de botas de agua?
La tía se desmayó. Al tiempo que aquellos nombres salían de la boca de Rinaldo, la casa se poblaba de despertadores, sandías, pudings y botas de agua. Aquellos extravagantes e increíbles objetos surgían de la nada, como fantasmas.
—¡Tía! ¡Tía Rosa!
—¿Eh? ¿Qué pasa? ¡Ah! —dijo la mujer volviendo en sí—. Rinaldo, sobrino mío, hijo mío, por caridad, siéntate allí y quédate callado. ¿Quieres a tu tía? Siéntate y no te muevas. Voy a llamar al profesor De Magistris, él nos dirá qué hacer.
Este profesor De Magistris era un profesor que vivía al otro lado del patio de la pensión. Cuando la tía Rosa tenía algún problema corría al señor De Magistris que nunca se hacía de rogar para escucharla y prestarle ayuda. Sólo los viejos saben ser así de generosos y pacientes. Esta vez el profesor tampoco se hizo de rogar.

—Hola, jovencito, ¿qué pasa?
—Buenas tardes, profesor. No lo sé muy bien. Parece que en esta casa hay...
Pero antes de que pudiera pronunciar la palabra «espíritus» la tía Rosa le puso una mano en la boca.
—¡No! Rinaldo. ¡Esa palabra no! ¡Todo, pero no los espíritus!
—Señora —intervino el profesor De Magistris—, explíquemelo al detalle, no entiendo.
—¿Pero qué hay que entender? Se ha caído de la bicicleta y se ha golpeado la cabeza. Y ahora, cada vez que dice una palabra, aquello, o sea la palabra...
—Mire, profesor —dijo Rinaldo—, yo digo: gato.
Miau, hizo el gato materializándose sobre una silla junto a la estufa.
—¡Hum! —dijo el profesor—. ¡Hum! Comprendo.
—¿Ha visto qué cosa? Y sus padres en Alemania. Una enfermedad similar...
—¡Pero, qué enfermedad! —protestó Rinaldo—. A mí me parece muy cómodo. Si me apetece un helado de pistacho...
¡Proff!
Ahí está el helado dispuesto en una copa de cristal.
—Me parece estupendo —comentó el profesor—. Pero, ¿dónde está la cucharilla?
—Cucharilla —dijo Rinaldo—. Mejor, otro helado y otra cucharilla, así tendremos uno para cada uno. ¿Quieres también un helado, tía?
Pero la tía Rosa no contestó: se había desmayado por segunda vez.

Primer final
Segundo final
Tercer final 
                                                                                                                       Gianni Rodari


martes, 21 de julio de 2015

Leyenda...

               LA GRAN PELEA 

Cuentan los mapuches que hace mucho,
pero mucho tiempo, vivían en sus tierras
dos víboras grandísimas. Eran tan pero
tan grandes, que parecían dos montañas. Una de
ellas, Cumen, era tranquila y muy amable con la
gente. Hueda, la otra víbora, tenía mal carácter y
vivía maltratando a las personas.
Aunque ya todos estaban acostumbrados a los
líos que armaba Hueda, una vez la cosa se puso
seria, porque ella decidió destruir todo, y comen-
zó a sacudirse violentamente. Cuanto más se
sacudía, más se revolvían las aguas de los lagos y
los ríos. Así, toda la tierra se fue inundando.
Los mapuches no tenían adónde escapar, el agua
los rodeaba.
Cumen escuchó sus gritos pidiendo socorro y
acudió a ayudar a la gente.
Entre las dos serpientes se inició una dura pelea.
Cumen comprendió que mientras continuara la
lucha, la inundación no bajaría, y los mapuches
se ahogarían. Entonces, tuvo una idea para sal-
varlos. Arqueó su lomo hacia arriba, llamó a la
gente y le dijo que se subiera rápido sobre él para
que estuvieran a salvo de la inundación mientras
ella peleaba con Hueda.
La gente obedeció enseguida. Hombres, mujeres
y chicos formaban una hilera que trepaba por el
cuerpo de la serpiente. Los que podían, cargaban
bultos de ropa, comida, pieles y los pocos anima-
les domésticos que el apuro permitió rescatar.
La pelea parecía interminable. Hueda se revolvía
con furia y agitaba el agua con su cola, mientras
Cumen alzaba su lomo cada vez más alto para
evitar que la gente se ahogara. Así pasaron los
 
Durante el tiempo de la gran pelea, se produjeron
muchos cambios en las personas. Algunas perso-
nas que eran miedosas, se convirtieron en pie-
dras, tan grande fue el susto que se llevaron. Por
eso, en algunas montañas se ven rocas con forma
humana. Otras se enojaron tanto porque la inun-
dación no acababa, que se transformaron en
pumas y yaguaretés, peligrosos animales.
Aquellos que no pudieron trepar al lomo de la
serpiente, se quedaron en el agua convertidos en
peces. Y muchas personas, las que subieron pri-
mero y llegaron a lo más alto del lomo de
Cumen, se acercaron tanto al sol que se les
quemó el pelo y quedaron peladas.
Después de mucho pelear, Hueda se cansó y se
tranquilizó. Poco a poco, a medida que el agua se
retiraba hacia los ríos y lagos, Cumen iba bajando
su lomo para que los mapuches bajaran a tierra.
Al bajar, se sorprendieron frente a un paisaje
diferente. Los valles se veían verdes y fértiles, l
os
bosques más poblados de árboles nuevos, y el
agua y el aire estaban frescos y limpios.
Las personas también habían mejorado. En el
pueblo mapuche ya no había cobardes ni furiosos.
Las familias vivieron en paz cultivando la tierra y
fueron felices.
Eso sí, siempre tenían presente que Hueda podía
despertar para inundar nuevamente la tierra, pero
también sabían que Cumen estaría dispuesta a
ayudarlos.
 
LEYENDA MAPUCHE

lunes, 20 de julio de 2015

Sistema digestivo

LA DIGESTIÓN



El proceso digestivo consta de:

La ingestión:
La ingestión es la incorporación del alimento a través de la boca. Allí, se realiza digestión química y mecánica:
Digestión mecánica: masticación, insalivación
Digestión química: a través de las enzimas de la saliva.

La digestión:
La digestión es la rotura física y química del alimento. Existe digestión en la boca, estómago e intestino delgado.
A la rotura física del alimento le llamamos digestión mecánica y a la otra digestión química.
En la digestión química las moléculas complejas se descomponen en sus unidades básicas para poder pasar a la sangre (a nivel del intestino delgado) y luego a las células del cuerpo.

La absorción:
La absorción es el paso de las moléculas digeridas, llamadas nutrientes, desde el tubo digestivo a los vasos sanguíneos.

La expulsión:
La expulsión es la eliminación de las sustancias no digeridas al exterior en forma de heces fecales.

ÓRGANOS DEL SISTEMA DIGESTIVO

 
Ahora que ya sabes algo más sobre el sitema digestivo y sus órganos, ingresa al siguiente enlace y juego con él.

jueves, 16 de julio de 2015

Cuento clásico latinoamericano.

"LA TRISTE HISTORIA DEL DROMEDARIO" - Gabriel García Márquez 

No es que Mr. Robertson sea un excéntrico, a pesar de que vive en una perrera. Las cosas sucedieron de una manera tan natural, que ni él mismo sabe a ciencia cierta cómo comenzaron.
Un día de 1947 Mr. Robertson, que tenía una pequeña granja en el estado de Texas, recibió una comunicación en la que se le anunciaba que en la oficina de correos del pueblecito vecino tenía un envío recomendado.
Eso fue un sábado. El lunes Mr. Robertson dio algunas instrucciones en la granja, puso en movimiento el cochecito y se fue para el pueblo. Cuando se presentó a la oficina de correos le dieron los detalles completos: procedente de Egipto, lo esperaba un dromedario. Nada más.
Fue así como, mientras se aclaraban las cosas, Mr. Robertson salió a la calle con su dromedario y se dispuso a conducirlo a su distante propiedad. Con el animal amarrado al cochecito, se presentó el miércoles siguiente a su granja de Texas, sin haber pensado todavía ningún plan para el futuro.
Así empezaron las cosas aunque Mr. Robertson no lo recuerde ahora. Como medida eventual desocupó el gallinero y puso a vivir el dromedario entre la alambrada, hasta cuando se le ocurriera un recurso distinto.
Pero los días fueron pasando y el aviso puesto en el periódico del pueblo donde se indagaba por la existencia de algún Mr. Robertson de la vecindad que hubiera estado esperando un dromedario de Egipto no dio resultado.
A las dos semanas de estar en el gallinero el animal se había fastidiado y había hecho una incursión por el traspatio, que dio al traste con la siembra de árboles frutales. Al regreso se encontró con el perro, se armó una tremolina y Mr. Robertson salió al patio con la escopeta. Sin embargo, entre el perro y el dromedario, el granjero se decidió por el último y dejó al primero fundamentalmente frío de un tiro de escopeta.
No había transcurrido un mes cuando ya el dromedario se había familiarizado de tal modo con la granja, que se iba a echar la siesta en la sala y se pasaba el día merodeando por los cercados, destruyendo el resultado de un largo trabajo realizado con honestidad y desvelo.
Al principio los niños de la vecindad se distraían acosando al dromedario, pero no transcurrió mucho tiempo antes de que se fastidiaran y lo dejaran tranquilo, paseándose como dueño y señor por todas las dependencias de la propiedad.
Si Mr. Robertson vive en una perrera, no es porque sea un excéntrico, sino porque un día cualquiera el dromedario se aventuró hasta el dormitorio, entró como Pedro en su casa, se acostó en la cama y se quedó dormido, cómodamente dormido, sin que hubiera granjero en el mundo capaz de despertarlo. Entonces Mr. Robertson, pacientemente, cogió sus enseres y se fue a dormir a la perrera, único lugar hasta donde no llegaría el animal.
Es cierto que colocó en la puerta de la granja un letrero que dice: “Se vende un dromedario”. Pero los granjeros que pasan por allí los sábados en la tarde, se limitan a comentar: 
“Robertson está tan loco, que se fue a vivir a una perrera y ahora se le ha dado por creer que es comerciante de dromedarios”. 


domingo, 21 de junio de 2015

Nutrición

La función de la nutrición

La función de la nutrición permite al individuo obtener, trasformar y aprovechar los alimentos suministrados por el medio, y posteriormente, obtener la energía necesaria para poder realizar las demás funciones.

Esta función en el organismo la llevan a cabo los siguientes aparatos:


El aparato digestivo, que transforma los alimentos en sustancias que puedan ser asimiladas por las células para proporcionarles energía. 

El aparato circulatorio, cuya función es la de transportar los nutrientes, el oxígeno y las hormonas a todas las células del cuerpo.

El aparato respiratorio, que intercambia gases procurando oxígeno a las células y eliminando el dióxido de carbono.

El aparato excretor, que realiza la función de eliminar las sustancias de deshecho que proceden del metabolismo celular.


Observa el siguiente video sobre el tema:


viernes, 5 de junio de 2015

Agua...

LA EVAPORACIÓN Y CONDENSACIÓN 

El ciclo del agua está compuesto por procesos: dos de ellos son la evaporación y la condensación. 
La condensación es lo opuesto al proceso llamado evaporación.

CONDENSACIÓN

Las moléculas del vapor de agua del aire, al entrar en contacto con algún objeto que se encuentre a baja temperatura, se condensan formando pequeñas gotas de agua. El proceso que forma este rocío lo llamamos condensación.
En la naturaleza, cuando el vapor de agua se eleva a cierto punto, comienza a enfriarse y condensarse en las nubes. Estas nubes contienen tanto gotas de agua líquida como cristales de hielo; son los suficientemente pequeños como para ser sostenidos por el aire que los rodea. Las nubes se vuelven más grandes a medida que se evapora más agua y es absorbida por las mismas.
En la condensación el agua cambia de estado: pasa del estado gaseoso al estado líquido y sólido. 

                          

EVAPORACIÓN


La evaporación es el cambio de estado del agua de líquido a gaseoso.
La atmósfera también aloja agua en forma de vapor. A medida que el agua se calienta, se evapora. La luz del Sol proporciona una  constante de calor, que calienta cada vez más las masas de agua, lo que hace que se evaporen en la atmósfera. Las áreas que reciben más luz solar experimentan una mayor evaporación. 


Ahora, ingresa al siguiente enlace y realiza, sólo las actividades de condensación y evaporación.
http://www.ceibal.edu.uy/UserFiles/P0001/ODEA/ORIGINAL/ciclodelagua1.elp/la_evaporacin.html